El equipo de Kombutxa nace a raíz de la necesidad de uno de sus fundadores de solucionar un problema de salud. Jordi Dalmau, ingeniero de profesión, fue diagnosticado de síndrome de Gilbert cuando tenía 13 años. Después de mucho tiempo cuidando su alimentación sin resultados positivos para su dolencia, descubre el mundo de los fermentados y sus infinitas virtudes. Por recomendación de un profesional de la salud, en Jordi incorpora kombucha a su dieta y consigue tener bajo control los efectos del síndrome que padece. Tanto positivos son los efectos que le reporta su consumo, que apuesta por sacar adelante la producción a mayor escala de este té fermentado.